
Alternativas de paneles solares que utilizan la tecnología fotovoltaica.
Los paneles solares son un componente vital en una instalación fotovoltaica de autoconsumo, por lo que es importante conocer y entender las opciones disponibles. En el mercado existen diferentes tipos y calidades de paneles solares fotovoltaicos, los cuales determinarán el precio y la producción de electricidad. A continuación, se presentan las siguientes tipologías:
Amorfos o de capa fina: están formados por una lámina de silicio cortada en la que se incluyen unas tiras finas que separan las células. Aunque son los más baratos y sencillos de fabricar, se encuentran en desuso debido a que su rendimiento es muy inferior al de los paneles solares de nueva generación, y su eficiencia energética es baja debido a la mala calidad del silicio utilizado en su fabricación.
Policristalinos: se caracterizan por tener un tono azulado y una duración aproximada de unos 20 años. Para su elaboración se utiliza silicio procedente del corte de un bloque que se ha formado a partir de múltiples cristales, lo que hace que el cristal resultante no sea tan puro. Aunque su eficiencia energética es mejor que la de los paneles amorfos, se obtienen rendimientos relativamente bajos y también se han dejado de utilizar.
Monocristalinos: son los más utilizados, ya que ofrecen muy buenos rendimientos y una mayor eficiencia energética en comparación con las dos anteriores. A pesar de que tienen un precio superior y requieren una inversión inicial elevada, debido a su madurez, también han experimentado una notable reducción de precios en los últimos años. Este tipo de panel está formado por un solo cristal de silicio y se distingue del resto por su color negro y las esquinas biseladas de las células (las policristalinas son rectas). Su duración aproximada es de 25 años con una eficiencia superior al 80%.
Existen tres grupos dentro de esta tipología que se diferencian por la tecnología que utilizan:
Panes monocristalinos PERC: cuentan con una capa reflectante entre el silicio y el aluminio que evita que la radiación solar penetre en el aluminio y la refleja hacia el silicio para que este absorba más energía. Su eficiencia energética suele ser de entre el 19% y el 21%.
Paneles monocristalinos Tipo N: cuentan con dos capas de silicio, la más delgada con boro y la más gruesa con fósforo. En este tipo de placas, la longitud de difusión es mayor y se consigue una mejor eficiencia de conversión que generalmente puede alcanzar hasta un 22%.
Paneles monocristalinos IBC: son los más eficientes y duraderos. Suelen ser paneles de tipo N e incorporan contactos en la parte posterior de la célula, lo que reduce la sombra frontal de la célula y aumenta la recolección de los electrones generados por la luz absorbida.
Es cierto que algunos paneles solares son más caros que otros, pero se debe considerar que a largo plazo también permiten ahorrar más al generar más electricidad y durar más tiempo con altos niveles de eficiencia energética.
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